Entrevista a Bernarda Múñoz
Hablamos con Bernarda Muñoz, especialista en Derecho Penal, quien comenzó sus estudios de doctorado en la Universitat Pompeu Fabra, Barcelona en 2017 y actualmente disfruta de una de las DAAD – Becas anuales de investigación. La investigadora argentina se encuentra actualmente realizando su doctorado en Freiburg, Alemania. Nos da sus consejos para solicitar una beca, nos cuenta por qué el duro proceso de selección se puede incluso considerar una instancia enriquecedora y por qué los alemanes en realidad le parecen cálidos.
Buenos días Bernarda, ¿Cómo le pareció el proceso de selección de las becas del DAAD?
El proceso de selección para una beca de larga duración es exigente. Luego de presentar los requisitos formales por escrito y pasar la primera etapa de selección, debí concurrir a Madrid a una entrevista personal. Allí expuse durante cinco minutos mi tema de investigación y respondí a las preguntas del tribunal, que estaba conformado por personas especializadas en mi materia, es decir juristas. Si bien fue un momento de tensión, me sentí cómoda con los entrevistadores. Todos fueron muy amables y se mostraron interesados. Me pareció excelente que seleccionaran entrevistadores de mi mismo ámbito de estudio porque de esa manera puede lograrse una valoración más precisa del perfil del aspirante y de su proyecto de investigación. En definitiva, la instancia de la entrevista pasó a ser una oportunidad de contarle a un grupo de especialistas cuál es mi trabajo y recibir su opinión al respecto. Fue una instancia enriquecedora.
Supongo que en Alemania hubo entonces sorpresas. ¿Qué es diferente en el área de la investigación?
En Alemania me ha llamado la atención la tranquilidad con la que se trabaja. Eso permite a una profunda concentración en la investigación. Además, creo que el ritmo de trabajo es muy balanceado. Los investigadores son muy constantes, pero también se toman sus momentos de descanso. Eso hace que estén relajados y sean más productivos en las horas de ocupación.
¿Hasta qué punto se desarrolló y creció personalmente a través de su estancia en Alemania?
Vivir en un país distinto, en donde no se habla la lengua materna, es una experiencia movilizadora en todo sentido. Asimismo, particularmente en el instituto donde trabajo, hay muchos investigadores extranjeros de culturas muy distintas a la mía, por ejemplo, China o Grecia. Eso hace que la experiencia sea más interesante todavía y que sea necesario desarrollar a diario habilidades como la tolerancia, la empatía y la flexibilidad.
¿Y en qué idioma habla usted con sus compañeros de trabajo? ¿Hace falta saber hablar alemán bien?
Con mis compañeros de trabajo hablo en alemán, excepto con los hispanohablantes, con estos últimos hablo en general en español. Yo diría que tener un nivel “aceptable” de alemán es muy beneficioso porque ayuda a integrarse. No hace falta hablar perfecto, para nada, pero sí recomiendo intentarlo desde el principio. Con el tiempo una se va acostumbrando y resulta más fácil.
¿Tiene alguna recomendación o algun consejo más para los que quieren solicitar una beca?
Los animaría a poner manos a la obra. Lleva trabajo reunir los requisitos formales para la postulación, pero vale la pena. Los animaría a comenzar con antelación el proceso, para evitar agobiarse al final.
Y qué diría a a las personas que todavía no están convencidas de irse a Alemania?
Les diría que contemplen la posibilidad de hacer una estancia de investigación en un país como Alemania, del cual tanto hay para aprender, y que no se dejen apabullar por las dificultades que puede presentar el idioma. Los alemanes son muy cálidos, pese al prejuicio que en general se tiene. Están siempre dispuestos a ayudar, con paciencia, en el aprendizaje de la lengua.
De acuerdo. ¿Cuáles son sus planes de futuro ahora? ¿Estará en Alemania o en España?
Sinceramente me gustaría quedarme un tiempo más en Alemania, ya que estoy trabajando demasiado bien aquí, por lo que estoy evaluando de solicitar otra beca de investigación. ¡Espero lograrlo!
Muchas gracias por la entrevista, Bernarda. Le deseo todo lo mejor para su investigación y para su futuro.